Frecuentemente nos sentimos paralizados por miedo. Muchas personas, por ejemplo, pudieron haber sido llamadas a decir a Herodes: "No te es lícito tener la mujer de tu hermano (Mc 6:18), pero tenían temor y por ende, estaban espiritualmente paralizados. Escuchamos solo de Juan el Bautista llamando a Herodes y Herodías a arrepentirse.

Frecuentemente nos sentimos paralizados por el trauma. Luego que Jesús escuchó sobre la muerte brutal de Juan, no quiso hacer nada excepto alejarse por un tiempo (Mt 14:13). Sin embargo, multitudes seguían a Jesús. "Y al desembarcar, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos" (Mt 14:14). Pocos hubiesen intentado sanar a otros cuando ellos mismos estaban sufriendo tanto, pero Jesús se negó a estar paralizado por el trauma del asesinato de Juan por parte de Herodes.

¿Hay algo en tu vida que te haga callar cuando eres llamado a "hablar la verdad en amor" (Ef 4:15)? ¿Existe algo que te apague cuando deberías estar tomando iniciativas de evangelización y sacerdocio? Por la gracia de Dios, no dejes que el temor, el trauma o incluso Satanás te prevengan de hacer la voluntad de Dios. El Señor ordena: "levántate y diles todo lo que yo te mande." (Jr 1:17). El Señor promete: "Pelearán contra ti, pero no te vencerán, porque yo estoy contigo para librarte" (Jr 1:19). Párate, habla, corre, vive, muere, resucita.

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.