el reto de los jóvenes
"El joven le dijo: Todo esto lo he guardado…" — Mateo 19:20
Cuando demos nuestra vida a Jesús y dejemos atrás el mundo y sus placeres, de lo único que nos arrepentiremos será de no haberlo hecho antes. Nuestras vidas están vacías hasta que las vivimos para Jesús. Por eso, cuando un joven o una joven aceptan el llamado a seguir a Cristo, es una razón aun más grande para el júbilo.
Cuando vemos a los jóvenes, debemos ofrecerles una oportunidad de vivir una vida libre, significativa, feliz, y eterna a través de Jesús. Debemos motivar a los jóvenes a no demorar su conversión al Señor (Si 5:8). Cada día que esperan es un día incumplido.
Jesús no entretenía al hombre joven que viniese a Él. El no incluía al joven en un programa de actividades deportivas, en un baile o un auto lavado. Jesús retaba al joven a vender sus posesiones, darlas a los pobres, y seguirlo a Él. (Mt 19:21). Jesús no trataba al joven como un niño, sino como un adulto. Lo respetaba lo suficiente como para decirle la verdad clara y directa.
Jesús no suavizaba Su mensaje para apelar al interés personal del joven, sino que retaba a la juventud y apelaba al poder de Su propia gracia. Muchos de nuestros programas para jóvenes claramente no han sido muy efectivos. ¿Por qué no dar el reto de Jesús a los jóvenes?
Oración: Señor, llena nuestras iglesias con gente joven ya que sus corazones están llenos de amor por Jesús.
Promesa: "Y tendrás tesoro en el cielo." Mt. 19:21
Alabanza: Cuando San Bernardo se unió a los Cistercianos, trajo consigo sus cinco hermanos, dos tíos, y treinta amigos para unírsele en su orden religiosa.
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.