el se lo devoro todo
"Cuando encontré tus palabras, me las devoré y ellas se convirtieron en mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre invoqué, Oh Señor, Dios de los ejércitos." —Jeremías 15:16
Muchos de nosotros encontramos difícil leer la Biblia, pero el Señor quiere que comamos la Biblia, para consumirla, hasta devorarla.
"No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4:4). Su Palabra es como miel del panal (Sal 19:11), En un principio dulce para más tarde ser agria por la persecución (Ap 10:9-10). No obstante la Palabra de Dios sigue siendo nuestra alegría y felicidad porque nosotros llevamos Su nombre (Jr 15:16).
Si la palabra de Dios no es tan importante para nosotros, posiblemente no tenemos una profunda, relación personal con El. Si nosotros no pasamos tiempo leyendo la Biblia, entonces ¿cómo podemos llevar Su nombre? Por "ignorancia de las Escrituras es la ignorancia hacia Cristo" (Catecismo 133).
Leíste alguna vez un artículo acerca de alguien que conocías personalmente? Probablemente lo devoraste y lo leíste con mucho más entusiasmo que cualquier otro artículo. Estarías aun más interesado si conocieras al autor. Si tienes una relación personal con el Autor de la Biblia, Dios el Padre, y conoces la Palabra hecha carne, Jesús, entonces leerás estudiaras, comerás y devorarás la Palabra de Dios en la Biblia. Gózate en la palabra de Dios y medita sobre ella durante el día y la noche (Sal 1:2)
Oración: Jesús, Palabra de Dios, que yo sienta el llamado a besar la Biblia como un signo de mi amor por Ti y por Tu Palabra.
Promesa: "El reino de los cielos es semejante el mercader que buscaba las finas perlas. Cuando encontró una de verdadero valor, fue, vendió todo lo que tenía y la compró" —Mt 13:45-46
Alabanza: San Alfonso fundó una orden para salvar "las almas más abandonadas." El predicó misiones por veintiséis años para ayudar "a buscar y salvar al perdido" (Lc 19:10)
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 22 de junio de 2012
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