la última palabra
"Me ha dado una gran alegría encontrar algunos de tus hijos andando en el camino de la verdad, tal y como se nos había mandado por el Padre." —2 Juan 4
La lluvia en el tiempo de Noé, dio lugar a una avalancha de destrucción masiva. La lluvia de fuego y azufre sobre Sodoma también causó destrucción en masa. "Será como ese el día en que se revele al Hijo del Hombre" (Lucas 17:30). ¿Cómo podemos escapar de la destrucción masiva e instantánea que está por venir? Aquellos que crean en Jesús serán salvados (Hechos 16:30-31; 4:12). "Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará algo de fe sobre la tierra?" (Lc 18:8)
"La fe viene por oír y oír la palabra de Dios" (Rm 10:17, nuestra trad.). Si los cristianos aceptan el llamado de Dios para compartir y recibir su palabra, algunos escucharán a Dios, tendrán fe y se salvarán de la destrucción. De lo contrario, el pueblo de Dios "perecerá por falta de conocimiento" (Oseas 4:6) de Jesús, porque "la ignorancia de las Escrituras es desconocimiento de Cristo" (Catecismo, 133).
El Señor ha enviado a muchos mensajeros de su Palabra al mundo (cf. Mt 21:34-37). Satanás ha respondido a estos mensajeros mediante el envío de "muchos hombres mentirosos ... en el mundo, los hombres que no profesan que Jesucristo ha venido en carne. Tal es el engañoso! Este es el Anticristo! "(2 Jn 7) Dios no quiere que nadie sea destruido (Mt. 18:14). Por lo tanto, el Señor está enviando más mensajeros de su Palabra para abrir los oídos y construir la fe que salva vidas de su pueblo. El Señor pregunta: "¿A quién enviaré?" (Is 6:8) Respondamos todos: "envíame a mí" (Is 6:8)
Oración: Padre, voy a compartir tu palabra en los tiempos buenos y malos (cf. 2 Tm 4,2). Voy a abrir nuevos caminos en la difusión de tu Palabra.
Promesa: ". Cualquier persona que sea tan" progresista "que no se quede arraigada en la doctrina de Cristo no posee a Dios, mientras que cualquier persona permanece arraigada en la doctrina posee al Padre y al Hijo" (2 Jn 9).
Alabanza: Santa Gertrudis tenía el don espiritual de mover los corazones de la gente, llevándolos a pensar en nada más que Dios.
Rescripto: †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 13 de augusto de 2012
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