San Lucas dejó su profesión como doctor (Col 4:14) para seguir a Pablo en sus viajes de misionero. El sabía que siguiendo a Jesús, no tenia seguro un techo sobre su cabeza (Lu 9:58). Sin embargo, probablemente no estaba aún preparado para años de hambruna, sed, pobreza, indigencia, labor manual, insultos, pobreza y persecución (1 Cor 4:11-13). Él debe haberse visto y sentido como un fracaso en muchas ocasiones. No obstante, luego de haber puesto su mano en la carretilla, Lucas no miró más nunca atrás (Lu 9:62). Él perseveró.

Lucas también escribió algunas de sus predicaciones, y lecciones en la temprana Iglesia y cuidadosamente las arregló en secuencia (Lu 1:3). Lucas pensó que esto sería de ayuda, especialmente a aquellos Cristianos Gentiles. El Evangelio de Lucas y los Hechos de los Apóstoles probaron ser mucho más que de ayuda. La Iglesia discernió que lo que escribió y copiló fue la Palabra de Dios, divinamente inspirada. El Señor usó a Lucas para escribir una gran parte del Nuevo Testamento. La vida de Lucas es indudablemente una de las más importantes en la historia humana.
Tu vida, por más obscura y difícil que sea, será también de significancia eterna, si haces la voluntad de Dios.

Rescripto:  †Muy Reverendo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 13 de augusto de 2012

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