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Viernes, 4 de setiembre de 2015

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Colosenses 1:15-20
Salmos 100:1-5
Lucas 5:33-39

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Reflexiones Similares

¿a qué se debe tanta confusión?

"Entonces tendrán que ayunar" (Lucas 5:35).

En tiempos de Isaías, la gente estaba confundida sobre el ayuno. Los israelitas clamaban al Señor: "¿Por qué ayunamos y Tú no lo ves, nos afligimos y Tú no lo reconoces?" (Is 58:3) Isaías profetizó: "¿A eso llamas ayuno y día aceptable al Señor?" (Is 58:5)

En tiempos de Zacarías, la gente también estaba confundida sobre el ayuno. Betel-Saréser preguntó a los sacerdotes y a los profetas: "¿Debo seguir llorando e imponiéndome privaciones en el quinto mes, como lo he hecho durante tantos años?" (Zac 7:3) El Señor respondió: "Si ustedes han ayunado y se han lamentado en el quinto y séptimo mes desde hace setenta años, ¿es por Mí que han practicado ese ayuno? Y cuando comen y beben, ¿no lo hacen por ustedes mismos?" (Zac 7:5-6)

Cuando Jesús pisaba la faz de la tierra como uno de nosotros, algunos líderes religiosos dijeron a Jesús: "los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos, en cambio los tuyos comen y beben" (Lc 5:33). Jesús disipó toda confusión explicando que sus discípulos ayunarían de una forma radicalmente nueva después de su Ascensión (Lc 5:35).

Antes del Concilio Vaticano II, la Iglesia mandaba abstenerse de comer carne los viernes y que ayunáramos durante los cuarenta días de la Cuaresma. Después del Vaticano II, las leyes de la Iglesia en relación con la abstinencia del viernes y el ayuno se redujeron significativamente. Algunas personas pensaron que la Iglesia estaba poniendo mayor énfasis en el ayuno. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II aclaró que el ayuno con la oración son muy importantes. Él estableció: "la oración y el ayuno son las armas principales y más eficaces contra las fuerzas del mal" (El Evangelio de Vida, 100).

No te confundas, no seas egoísta ni te rindas. ¡Ayuna!

Oración:  Padre, utiliza mi ayuno para expulsar muchos demonios pronto.

Promesa:  "Reconozcan que el Señor es Dios: Él nos hizo y a Él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño" (Sal 100:3).

Alabanza:  Joanna, una legisladora pro-vida, ayunó y oró antes de su decisión de asumir un puesto oficial.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de abril de 2015

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