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Domingo, 5 de julio de 2015

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14to domingo de Tiempo Ordinario


Ezequiel 2:2-5
2 Corintios 12:7-10
Salmos 123:1-4
Marcos 6:1-6

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Reflexiones Similares

ciudad natal familiar

"Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa" (Marcos 6:4).

Al principio de su ministerio público, la gente del pueblo de Nazaret trató de asesinarlo arrojándolo por un precipicio (Lc 4:29-30). Después, algunos parientes de Jesús, probablemente de su ciudad natal, "salieron para llevárselo, porque decían, 'es un exaltado'" (Mc 3:21). Esto puede haber sido más traumático que el atentado contra su vida. No obstante, Jesús regresó a su ciudad natal y enseñaba "en la sinagoga y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada" (Mc 6:2). Pero, "no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y Él se asombraba de su falta de fe" (Mc 6:5-6).

Jesús devuelve amor, perdón y misericordia a aquellos que lo odian, atacan, deshonran y afligen; algunas veces las personas se arrepienten. Al igual que algunos parientes de Jesús, vete al piso superior y recibe un nuevo Pentecostés (Hch 1:14).

Si has perdido la fe en Jesús, hay esperanza para ti sin importar lo que hayas hecho —sólo arrepiéntete. Si has sido rechazado con Jesús, hay esperanza, porque el Señor transforma los corazones más endurecidos.

Oración:  Padre, en este año, que pueda yo ver más y mejores conversiones que nunca antes.

Promesa:  "Te basta mi gracia" (2 Co 12:9).

Alabanza:  ¡Alaba al indulgente, misericordioso y resucitado Señor Jesús!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015

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