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Martes, 28 de julio del 2015

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Exodo 33:7-11; 34:5-9, 28
Salmos 103:6-13
Mateo 13:36-43

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Reflexiones Similares

el gran comunicador

"Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches" (Exodo 34:28).

Moisés se encontraba con Dios en una determinada tienda, y "cuando Moisés entraba, la columna de nube bajaba y se detenía a la entrada de la tienda del Encuentro, mientras el Señor conversaba con Moisés "El Señor conversaba con Moisés cara a cara, como lo hace un hombre con su amigo" (Ex 33:9,11).

A muchos cristianos hoy en día les gustaría ponerse en lugar de Moisés porque él tenía esa comunicación directa con el Señor. Pero a Moisés le hubiera gustado cambiar de lugar con nosotros, porque en la nueva alianza que tenemos hay mejores oportunidades para la comunicación con el Señor. "El más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que" Moisés y todos los profetas de la antigua alianza (Mt 11:11). "En realidad, aquello que fue glorioso bajo cierto aspecto (antes de Cristo) ya no lo es tanto en comparación con esta gloria extraordinaria" (después de Cristo), el primero debe ser declarado sin gloria en absoluto (2 Co 3:10). "Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo" (Heb 1:1-2).

Dios se ha hecho hombre, el Espíritu habita en nosotros como en su templo, el Dios uno y trino mora dentro de nosotros, e incluso recibimos el Cuerpo y la Sangre de Jesús. No hay excusa para no acercarnos más y estar cerca con el Padre por medio del Hijo y en el Espíritu. Arrepintámonos, demos al Señor lo mejor de nuestro tiempo de cada día, y hagamos nuestra relación con Él nuestra máxima prioridad.

Oración:  Padre, quiero comunicarme contigo cada segundo de mi vida.

Promesa:  "Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre" (Mt 13:43).

Alabanza:  Los frenos en el coche de Janice dejaron de funcionar mientras ella conducía a casa después de hacer una obra de Dios para un ministerio católico. Jesús la protegió, pues no sucedió sino a una cuadra escasa de su casa, después de haber pasado por las calles más transitadas.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015

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