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Sábado, 20 de Julio de 2013

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san Apolinar


Éxodo 12:37-42
Salmos 136:1, 23-24,10-15
Mateo 12:14-21

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amando para sanar

"Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer" (Mateo 15:16).

Muchas de las curaciones de Jesús fueron señales de que el reino de Dios estaba por llegar. Aunque al principio de su ministerio, Jesús les ordenó a algunos de los que había curado, no dar a conocer públicamente sus milagros. Para el momento en que Jesús comienza su ministerio público, no existía aún, una comprensión general sobre el significado del Reino de Dios y la misión de Jesús, por lo que quizás, sus primeras curaciones no hayan sido interpretadas como señales de su Reino. Es muy probable que Jesús haya realizado estas primeras curaciones simplemente por amor. Él amó tanto a la gente, que no esperó a que el Reino se desarrollara, antes, les brindó consuelo y sanación.

En diferentes ocasiones, esos quienes fueron curados, desobedecieron a Jesús al hacer públicas sus curaciones. Esto le complicó las cosas a Jesús por lo que Él ya no pudo entrar a los pueblos abiertamente y tuvo que quedarse en lugares desiertos (Mt 1:45). Además, su misión fue mal interpretada. Particularmente, su mensaje sobre la cruz fue en gran medida ignorado. Aun así, Jesús curó a la gente a sabiendas de que esto complicaría más su trabajo. Jesús amó tanto a la gente que era difícil para Él, no curar inmediatamente.

Jesús es el mismo hoy (Cfr. Heb 13:8). Él desea sanarnos mucho más de lo que la persona más desesperada desea ser sanada, porque Él nos ama mucho más de lo que nosotros nos amamos. Jesus desea tanto amarnos, salvarnos y sanarnos, que se hizo hombre y murió en la cruz por nosotros. "Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados" (1Pe 2:24).

Oración:  Jesús, que al arrepentirme de mis pecados, permita que Tú me ames y me sanes.

Promesa:  "Y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre" (Mt 12:21).

Alabanza:  San Apolinar siguió regresando al lugar donde lo estaban persiguiendo, para proclamar el Evangelio.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de marzo de 2013

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