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Jueves, 4 de junio de 2015

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Tobías 6:10-11; 7:1, 9-17; 8:4-9
Salmos 128:1-5
Marcos 12:28-34

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dios en la alcoba

"Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: «Levántate, hermana, y oremos" (Tobías 8:4).

Mira lo que sucede cuando una pareja casada le da la bienvenida a Dios en la alcoba. Se casan "para constituir un verdadero matrimonio" (Tob 8:7), para convencer al mundo de que Jesús ama a la Iglesia reflejando el amor de Dios en su matrimonio (Ef 5:25, 32). Ellos oran juntos y esto los lleva a una vida santa, llevando su fe a la próxima generación.

Algunos piensan que lo que pasa en su alcoba sólo le concierne a los esposos. Sin embargo, esas acciones "privadas" impactan a los hijos, el resto de la familia y el mundo. De hecho Jesús proclama que sus palabras y acciones "en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas" (Lc 12:3). Lamentablemente, Satanás es bienvenido en cualquier lugar donde Dios es echado fuera (ver Lc 11:24-26). Donde no está Dios, eventualmente se sucumbe a la amargura y la desconfianza. La obra del Maligno es destruir los matrimonios y las familias.

Invitar a Dios a su intimidad ciertamente incluye orar juntos. Pero además, incluye aprender a ser un don para el otro. Amar al cónyuge primero que a sí mismos, buscando amarle en lugar de usarle para nuestros deseos egoístas permite que nuestro matrimonio sea reflejo del amor de Cristo por su Iglesia. Si usas anticonceptivos o consideras la esterilización o el aborto como opciones "convenientes", debes pensar lo que esto implicará para tu matrimonio. Esa esterilidad del cuerpo, aporta a una esterilidad espiritual. La dificultad y el sacrificio de ambos esposos les permite apreciar que tanto la unión conyugal como la abstinencia son expresiones de amor verdadero. No saques a Dios de tu vida conyugal. ¿Usan anticonceptivos? ¿Consideras la esterilización, o aborto? ¿Está tu matrimonio honrado en todos los sentidos y tu lecho matrimonial sin mancha? (ver Heb 13:4). Arrepiéntete, confiésate y dale la bienvenida al Espíritu Santo. Recuerda que el mundo está observando tu matrimonio. ¿Decidirá el mundo al observar tu matrimonio si vale la pena confiar en Dios?

Oración:  Jesús, que todas las parejas casadas te acepten como Señor.

Promesa:  "El Señor intervendrá en favor de ustedes" (Tob 7:11).

Alabanza:  Juan compartió su fe en Jesús en su lugar de trabajo por primera vez. Al principio fue rechazado, pero más tarde un compañero de trabajo lo buscó y se convirtió.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de febrero de 2015

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.