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Lunes, 9 de abril de 2018

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Anunciación del Señor


Isaías 7:10-14; 8:10
Hebreos 10:4-10
Salmos 40:7-11
Lucas 1:26-38

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nuestra única esperanza

"El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios" (Lucas 1:35).

El cristianismo es la única religión que cree que Dios se hizo hombre. Algunas religiones considerarían una blasfemia la Encarnación de Dios. Sin embargo, los cristianos creemos que la Encarnación, es para el mundo, la única esperanza.

Por ejemplo, la religión más grande junto al cristianismo es el judaísmo. Jesús escogió ser judío. La religión judía se da cuenta de que hay un problema muy serio con la raza humana. Necesitamos un corazón nuevo (Ez 36:26). El judaísmo ha reconocido el sacrificio como la mejor solución al problema de la humanidad. Sin embargo, "es imposible que la sangre de toros y chivos quite los pecados" (Heb 10:4). Por lo tanto, el judaísmo no tiene solución a la situación humana. Solo puede esperar por el Mesías.

La Encarnación es el mayor acontecimiento en la historia de la raza humana. Por ella la mayor parte del mundo data sus años desde la Encarnación. Los católicos han orado tradicionalmente el "Ángelus" por la mañana, al mediodía y por la noche para agradecer al Señor por la Encarnación. Cuando rezamos el rosario, damos gracias al Señor por Su Encarnación mientras meditamos en el primer misterio gozoso y rezamos cada uno de los cincuenta y tres "Ave María". Estamos preocupados con la Encarnación porque es nuestra única esperanza.

Los cristianos debemos alegrarnos siempre en la Encarnación (ver Fil 4:4). Cuando alguien nos pregunta la razón de esta esperanza nuestra, debemos estar siempre listos a responder (1 Pe 3:15).

Oración:  Padre yo digo como María: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho" (ver Lc 1:38).

Promesa:  "Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel" (Is 7:14).

Alabanza:  "Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo" (Lc 1:32).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.

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