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Martes, 17 de marzo de 2015

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san Patricio


Ezequiel 47:1-9,12
Salmos 46:2-3, 12, 5-6, 8-9
Juan 5:1-16

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¿ser curado para ir al infierno?

"Has sido curado; no vuelvas a pecar, de lo contrario te ocurrirán peores cosas todavía" (Juan 5:14).

El padre Al Lauer, fundador y por mucho tiempo fue el autor de Un Pan, Un Cuerpo, a menudo predicaba sobre la curación. Una de sus exhortaciones frecuentes durante los servicios de sanación era: "Dios te sana para servir en su Reino. Él no te cura para que puedas ser la persona más sana en el infierno".

El padre Al se refería a menudo a la suegra de Pedro como el modelo de alguien que recibió la curación. Ella sufría de una fiebre. Jesús la sanó, y de inmediato se levantó y se puso a servir a Jesús y los apóstoles. Eso es el objetivo: ser curados de nuestras enfermedades físicas y espirituales, y ser sanados para el servicio, la evangelización, el culto y una vida de santidad.

Un hombre había estado enfermo durante treinta y ocho años. Jesús entonces le exhortó a renunciar a sus pecados para que nada "peor" le pudiera pasar (Jn 5:14). Hay algo peor que estar treinta y ocho años postrado en la cama: una vida de pecado y una eternidad en el infierno.

La curación de Jesús es a la vez espiritual y física. Él no cura a medias. "No vuelvas a pecar" (Jn 5:14) y deja que Jesús te toque con su amor de curación para una vida de servicio en Su reino.

Oración:  Jesús, úsame para llevar a miles de personas a recibir Tu sanación.

Promesa:  "Dios es nuestro refugio y fortaleza, una ayuda siempre pronta en los peligros. Por eso no tememos" (Sal 46:2-3).

Alabanza:  Imitando al Padre, san Patricio perdonó los pecados cometidos contra él (ver Sal. 103:12). Él escogió libremente regresar a sus antiguos captores para enseñarles la Buena Nueva.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de agosto de 2014

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