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Domingo, 4 de enero de 2015

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Fiesta de la Epifanía


Isaías 60:1-6
Efesios 3:2-3, 5-6
Salmos 72:1-2, 7-8, 10-13
Mateo 2:1-12

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Reflexiones Similares

ojos-brillantes

"Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría" (Mateo 2:10).

Durante siglos, los astrónomos han tratado de determinar qué cuerpo celestial era la estrella de Belén. En el libro de los Números, fue profetizado que la estrella no sólo guió a los Reyes Magos a Jesús, pero que la estrella era Jesús (Num 24:17). Jesús es "la Estrella radiante" (Ap 22:16). Pablo enseñó que no sólo era Jesús como una estrella, sino también que nosotros, los discípulos de Jesús, somos "como las estrellas en el cielo, aferrados a la palabra de vida" "en medio de una generación extraviada y pervertida"(Fil 2:15, 16).

¿Somos Herodes o somos las estrellas? ¿Reino de la oscuridad o en el Reino de la Luz? (ver Col 1:13). En el mundo físico amanece y anochece; pero en el mundo espiritual se está encendido o apagado. No hay término medio.

Por lo tanto, "¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti! Porque las tinieblas cubren la tierra y una densa oscuridad, a las naciones, pero sobre ti brillará el Señor y su gloria aparecerá sobre ti"(Is 60:1-2). "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará" (Ef 5:14). "Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz" (Ef 5:08). "Ustedes son la luz del mundo" (Mt 5:14).

Oración:  Padre, que pueda ser suficientemente sabio para dar a tu Hijo el don de mi vida.

Promesa:  "Este misterio consiste en que también los paganos participan de una misma herencia, son miembros de un mismo Cuerpo y beneficiarios de la misma promesa en Cristo Jesús, por medio del Evangelio" (Ef 3:6).

Alabanza:  Jesús "se manifestó en la carne, fue justificado en el Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en el mundo y elevado a la gloria" (1Tim 3:16).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 14 de agosto de 2014

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